-Suplicaron atención pero no fueron escuchados
-Personal de urgencias decidió que “no tenía nada” o “estaba borracho” pese
permanecer en el área en silla de ruedas
José
Gabriel Gómez Cerda, de 34 años de edad, fue el paciente quien arribó, este
domingo, a la sala de urgencias del Hospital General de Zona 08 del IMSS, desde
las 18:00 horas, dónde tomaron el turno correspondiente.
Esperaron
por más de dos horas para preguntar por primera vez a la recepcionista y
enfermeras si sería atendido el joven quien manifestaba un profuso dolor en el
cuerpo y fiebre, pero el personal sólo se concretó a decir “estamos ocupados
espere”.
Sin
embargo a decir de los padres del joven la mayor ocupación del personal fue
comer tacos en la sala de urgencias que minutos antes les habían hecho entrega,
platicar de cómo les iba en su familia, carcajearse y hacer pedidos por
catálogo, mientras más de 15 personas esperaban la atención urgente.
Con
lágrimas, padres y joven suplicaron a las enfermeras y recepcionista atención,
pero pasadas las diez de la noche nunca fueron escuchados, tuvieron que
retirarse pese a los ruegos de la familia, en tanto el personal de nueva cuenta
recibía otra tanda de comida.
Anteriormente
habían acudido al consultorio número uno, del hospital del IMSS en referencia, pero
la doctora del mismo no lo atendió porque presumió se encontraba “borracho”,
sin embargo la familia refiere que por lo avanzado de su enfermedad el joven no
puede articular bien las palabras y su memoria es a corto plazo, además que la
fuerza en sus extremidades es mínima, es decir, su enfermedad es
discapacitante, progresiva, crónica, por tanto no puede valerse por si mismo.
Ante
esta grave situación que pone en riesgo la salud y la vida de las personas olvidadas
en la sala de urgencias, los derechohabientes hicieron un llamado a directivos
tanto de la Unidad de Medicina Familiar 81 (donde también han acudido varias
veces y se les ha negado la atención), como del HGZ 08 del IMSS Uruapan para
que atiendan a los pacientes, sean sensibles y no dejen que la vida se les vaya
de las manos, sólo por flojera o capricho.