La médico Reyna Valenzo, de 58 años, quien fue asesinada a tiros el viernes pasado, ya había vivido una situación similar en diciembre de 2017 cuandosujetos armados dispararon contra su vehículo en plena zona urbana del puerto de Acapulco mientras esperaba el cambio de luz del semáforo.

En aquella ocasión, un día antes de la Navidad de 2017, un sujeto que viajaba en el asiento del copiloto de otro vehículo, le disparó y la bala atravesó de lado a lado los cristales.

Luego, el tipo la observó y se fue impune del lugar; pese al terror que le provocó esto, “a ella solo le importó llegar a consulta con sus pacientes”, contó su hijo Óscar Mercado Valenzoen entrevista para #AristeguiEnVivo.

Pero esta vez la historia fue distinta pues Valenzo perdió la vida en lo que se presume podría ser un intento de asalto, lo que desató indignación en redes sociales de familiares y trabajadores del sector Salud en el puerto y la entidad.

“Hasta el momento sólo conocemos las historias que aparecen en las notas periodísticas, sabemos que fue brutalmente asesinada por personas desconocidas cuando esperaba el cambio de semáforo”, señaló Óscar Mercado Valenzo que aseguró que no permitirá que su madre “sea un dato más de la estadística del Estado”.

Óscar Mercado explicó que los hechos ocurrido a finales de 2017 fueron reportados a las autoridades, que únicamente concluyeron que los agresores intentaron quitarle el auto.  Luego de eso, la médico Reyna Valenzo no recibió ningún tipo de amenaza.

“Mi mamá no es el único médico que está pasando por esto”, dijo Mercado Valenzo quien, además de señalar que en lo que va del año, cuatro médicos han sido asesinados en Acapulco. Hizo énfasis en que la situación en el puerto ya es muy complicada pues incluso muchos servidores del sector salud han recibido amenazas y el cobro “por derecho de piso”.

El hijo de la Doctora Valenzo dijo que el asesinato de su madre “no es un caso aislado”, por lo que además de exigir respuestas y esclarecimiento de los hechos señaló que “es importante para México que entienda que los problemas no son sólo números y que la violencia ya no se limita a cierta zona del país.

“Mi madre era una doctora excepcional pero sobretodo era una persona, bien pudo haber sido en otro estado, en otra ciudad, de otra profesión, de otro color, de otro género, pero eso no debe quitar la indignación que todos sentimos porque personas como ella hay muchísimas“.