Día del Periodista.
Por: Guildo GARZA
Este 2020, la Prensa sufre la peor crisis del milenio.
En el 2006, quien fuera Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, cometió la osadía de enfrentar al Ejército Mexicano contra las organizaciones del narcotráfico, que se consideraba como un problema doméstico.
Al ser golpeadas las organizaciones criminales, el Estado las obligó a adaptarse, y en este choque entre fuerzas, los periodistas pasaron de ser amenazados, a ser asesinados de las maneras más brutales, y en muchas ocasiones en complicidad de la institución.
Los periodistas nos encontramos en esta lucha, entre un conflicto de intereses entre las fuerzas armadas y el Gobierno, y las bandas criminales; muchos decidieron callar ante la indolencia y el espaldazo de parte del Estado.
Cada año tuvo su historia, y dentro de cada uno, existe el recuerdo de muchos compañeros que no pudieron salvarse.
Así, llegó una oportunidad más para buscar un cambio con la alternancia en este 2018.
Los periodistas se gozaron tanto en el nuevo proyecto de México que entusiasmados, proyectaron una y mil informaciones en pro de quienes hoy, ostentan el poder.
Pero no fue así.
Hoy, no solo la Prensa, sino, todo aquel que haga manifiesto su libertad de ideas, es violentado de maneras jamás antes vistas.
El “cambio verdadero”, concentró todo su poder para eliminar la única fuerza capaz de despertar a la sociedad del letargo de engaño en que lo tienen envenenado.
Hoy, la Prensa enfrenta, además de la falta de criterios en Libertad de Expresión del Gobierno de la República, a una sociedad contaminada de odio, manipulada para servir de protección al Estado, y para atacar de una manera abominable a quien sea declarado adversario.
El Estado ha mostrado su rostro más vil hacia la Prensa; promueve la traición, y el saboteo de ideas mediante la inyección masiva de tendencias con fines particulares.
Han creado una máquina bien engrasada que inhibe los efectos de la Libertad de Expresión mediante una crisis de conciencia en la que denigran al periodismo, atacando a sus autores, de una manera primitiva y vulgar, incluyendo a sus familias.
El deber de las y los periodistas es ser anticuerpos del cáncer de la corrupción que hoy, también existe en los Gobiernos, sea cual sea su color, partido y representante.
Hoy en Día del Periodista no hay nada que celebrar.
El compromiso del “cambio verdadero” con la Prensa, se quedó en una promesa en la “bailan” más de 1300 carpetas de investigación ante la Fiscalía General de la República en agresiones y asesinatos de periodistas.
La realidad hoy, es que desde el 2006 a la fecha, existen más de 782 periodistas que para salvar sus vidas, tuvieron que abandonar sus comunidades y desplazarse, a los cuales, el Gobierno debería asistir, sin embargo, los abandona en un círculo vicioso a través de instancias que terminan revictimizandolos, muy lejos de casa.
Los Periodistas Desplazados son objeto de burla de la institución; los tratos llegan a ser casi como a indigentes; las trabas burocráticas, son cada mes.
Sabemos que buscan su hartazgo para que regresen a sus comunidades y sean asesinados.
Ya sabemos que no les agradamos.
Bendiciones a todas y a todos en su día.
Gildo Garza
