Sábado, 27 Febrero 2021 09:11

¿Cuándo y cómo llegó el yoga y la meditación a Uruapan, Michoacán ?

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Por, Juan M. Madrigal Miranda

Hay quienes sitúan el origen del yoga y de la meditación en 5 mil años, en la India, en el Valle del Indo. Existen indicios arqueológicos de su existencia de hace 3 mil a 1,500 años antes de Cristo. En las leyendas y literatura religiosa, filosófica y sabiduría de India, existen referencias a estas técnicas de salud física, mental y de expansión de conciencia. 

En los Vedas, Upanishads, Bhagavad Gita, y en los Yoga Sutras de Patanjali, se hace referencia a estas técnicas sagradas. El yoga y la meditación son un medio de religación con Dios, Absoluto, Ser o Valor Superior, Bien Supremo, etc. De hecho la palabra “religión” viene del latín “religare” que significa “unir lo separado”, lo finito con lo infinito.

 En el cristianismo a estas técnicas sagradas se les llama la “Lectio Divina” e incluye lectura de la Biblia, oración, contemplación, misa, confesión, trabajo manual y servicio a la comunidad, especialmente a los más necesitados. Estas actividades son muy similares a las usadas en el hinduismo, budismo y taoísmo, por ejemplo.

Y tanto Oriente como Occidente, en su sabiduría profunda, llegan al tema de la unión de la mente individual con la Divinidad, Mente Cósmica, Mente de Cristo, etc., lo cual es el núcleo del misticismo correctamente entendido. Y otro punto crucial es la comprensión de que en la espiritualidad de estas tradiciones el objetivo máximo es transformar nuestro corazón de piedra en uno de carne palpitante, desinflar nuestro egocentrismo, narcisismo. El camino sabio no es acumular creencias extravagantes, fantasiosas, ni adquirir poderes para manipular.

El yoga incluye el Hatha yoga (salud física, corporal), el Bhakti yoga (devoción, amor), el Jnana yoga (conocimiento), el Karma yoga (acción) y el Raja yoga (meditación). Este último es el camino supremo, es el yoga de la mente. Los grandes maestros espirituales del cristianismo también llegan al llamado “Raja yoga”, como San Juan, San Pablo, Dionisio Aeropaguita, San Agustín, San Buenaventura, San Juan de la Cruz, San Francisco de Asís, Santa Teresa de Avila, el padre Ignacio Larrañaga, etc.

A América, USA, el yoga fue traído por Swami Vivekananda (1863-1902) quien también empezó a dialogar con las religiones del mundo. Tirumalai Krishnamacharya (1888-1989) también fue muy importante, fue maestro de Iyengar quien creó varios maestros norteamericanos. A USA y a Latinoamérica fue Mataji Indra Devi (1899-2002), de origen ruso, quien recorrió estas tierras divulgando el yoga y su sabiduría, estuvo en México y murió en Argentina. El Arq. Arturo Macías (apreciado amigo), quien vivió en Uruapan, estudió con ella.

En Uruapan, Mich., los discípulos de Serge R. de la Ferriere (1916-1962), francés, fundador de la Gran Fraternidad Universal (GFU) en Caracas, Venezuela, y su discípulo José Manuel Estrada Velázquez (lo conocí personalmente) quien se estableció en la CDMX en 1962, difundieron mucho al yoga, ciertas formas de meditación, y al vegetarianismo. En los años 70s y 80s, la GFU en Uruapan estuvo impulsado esta tradición oriental, principalmente por Jaime Treviño (estudié unos meses Hatha yoga con él).

 De esta organización surgieron inicialmente varios maestros y maestras de yoga, e interesados, en Michoacán, como algunas de las hermanas Nárez Heredia, Teresa Navarro, Alfredo Prado y su esposa, la Dra Trinidad, miembros de la familia Eguia, Liduvina Bucio, Elma Ríos, y muchas personas más, quienes se nutrieron también de otras escuelas. 

 Al mismo tiempo fueron llegando a Uruapan las hermosas y sabias Artes Marciales de Oriente, el Tae Kwan Do, Kung Fu, Tai Chi, etc., las cuales son formas de meditación en acción e inmóvil, al respecto en Uruapan fueron y son clave Mario Cabrera, el Pbro. Jesús Federico, Eduardo Escobedo, el Mtro Fabela, y Martín Loy.

Está por clarificarse si los primeros chinos que llegaron a Uruapan, entre los budistas de ellos practicaban algún tipo de meditación, quizá el joven y brillante maestro de Tai chi y Kung Fu, Martín Loy pueda investigar esto pues está retomando su gran herencia china de sabiduría.

En los años 70s, por mi parte (como muchos jóvenes en el mundo) y en la búsqueda de sentido y sabiduría ante el impacto brutal de la matanza del 68 la cual viví de cerca como estudiante de filosofía en la UNAM (luego terminé la carrera en la Escuela de Filosofía de la UMSNH), y ante el drama de la terrible guerra de Vietnam, la creciente contaminación, destrucción de la naturaleza y el riesgo de una guerra nuclear entre USA y RUSIA, por ciertas amistades nacionales y extranjeras llegó a mí, poco a poco la sabiduría del budismo y la meditación.

En 1969 conocí a Ello Takata (1928-1997) el primer monje budista zen establecido en México y Latinoamérica. Llegó acá en 1967, en parte debido a los vientos creados por un seminario internacional sobre budismo zen y psicoanálisis, organizado (1957, con el apoyo de la UNAM) por Erich Fromm en Cuernavaca, Morelos, y con quienes fundarían el 1er Instituto Mexicano de Psicoanálisis, entre ellos el Dr. Jorge Derbez (discípulo de Fromm) a quien luego invité a Uruapan a dar un taller (1983).

Estudié y practiqué con Ello Takata, del Linaje Rinzai que viene desde el Buda histórico, lo hice por varios años, mañana (6 am) y tarde (6 pm), con Takata estudió también Alejandro Jodorowsky y Leonora Carrington. Así empecé a estudiar a profundidad la sabiduría del budismo, yendo luego a estudiarlo en California, USA, en el Berkeley Zen Center, con su maestro y apreciado amigo Hakuryu Sojun (Mel Weitsman, 1929-2021) quien vino a visitarme a Uruapan y caminamos juntos en la Barranca del Cupatitzio. En este parque, hace 3 años entre manantiales, canto de jilgueros y exuberante vegetación, di el 1er Taller en Michoacán sobre “La concepción budista del Nirvana”, la mayoría de los asistentes fueron mujeres.

En San Francisco, Calif., USA estudié con el venerable Shunryu Suzuki (Linaje Soto) (1904-1971) creador del 1er monasterio budista zen en el Continente Americano. Shunryu fue maestro de Mel. Los discípulos de Shunryu condensaron sus platicas en un hermoso y famoso libro: “Mente zen, mente de principiante” (los principiantes todo lo creen, todo lo esperan). Más tarde Ello Takata me sugirió que enseñara meditación budista zen en México.

En Berkeley y el área de la Bahía, conocí al budismo tibetano, especialmente a Chogyam Trungpa quien en 1967 fundó en Escocia el 1er monasterio budista tibetano en Occidente. Luego estudié con él en Boulder, Colorado. Así, en los años 70s empecé a enseñar en Uruapan a amigos meditación budista en la tradición zen y tibetana, y traduje varios textos zen y tibetanos clave.

 Ya también había vivido por temporadas en monasterios católicos en México y en uno trapense en Utha, USA, en un hermoso lugar en las montañas donde vi enormes manadas de alces, y estudié allí en vivo la espiritualidad católica y el papel de la mente en ella. En Uruapan estudié formalmente teología cristiana, en la Casa Francisco de Asís, y di clases durante 7 años de filosofía y ecología en el Seminario Menor de Uruapan, a los aspirantes a sacerdotes católicos.

 Un distinguido monje trapense, Thomas Merton, estudió meditación budista en Japón, USA, China e India, y la introdujo en los monasterios católicos en USA y Europa, e impulsó el dialogo interreligioso entre monjes y monjas budistas y católicas. Merton es considerado uno de los más importantes maestros espirituales del cristianismo del siglo XX. 

Me he dado cuenta que los distinguidos contemporáneos maestros cristianos y budistas aprecian mucho las enseñanzas y humildad de Cristo y de Buda y consideran que su espiritualidad es la misma en cuanto religiones centradas en el amor incondicional, la compasión y la justicia social. Los medios y las formas son diferentes en algunos aspectos pero el objetivo es el mismo. 

Desde muy joven me interesó el estudio comparado de las religiones humanistas de Oriente y Occidente, y del chamanismo, y la mente humana, psicología y neurociencias. En Uruapan, con amigos cercanos organizamos grupos de meditación e hicimos retiros al respecto combinados con prácticas de naturismo, alimentación muy sana y medicina natural. Posteriormente hice un viaje maravilloso, por 3 meses en la India, especialmente en el norte, en los sagrados lugares por donde caminó y enseño Sakyamuni el Buda. 

En ese viaje conocí en USA, India, Nepal y Europa, a otros grandes maestros del budismo tibetano con quien estudié, como Dilgo Khyentse Rimpoché (maestro del actual Dalai Lama), Karmapa, Dudjum Rimpoché, y a Sogyal Rimpoche, autor de la excelente obra “El Libro tibetano de la vida y la muerte”. Estuvimos en el norte de la India, en Daramsala (al pie de la cordillera de los Himalayas) donde vive el actual Dalai Lama y está la Biblioteca y Archivos Culturales del Pueblo Tibetano, lugar que contiene grandes tesoros escritos en varios idiomas. Traje a Uruapan varias joyas que ya traduje y hoy estoy preparando para publicación, con el apoyo práctico reciente de la gentil Katia Sámano.

 De regreso de la India nos fuimos a vivir junto al hermoso lago de Zirahuen, con Elena, mi esposa en ese tiempo, y mi hijo Ziranda a quien llevamos en nuestro viaje a la India ( aún no nacía mi hija Sunya, cuyo nombre viene del concepto clave del budismo: vacío fértil, sunyata). Habitamos casi un año allí y vivíamos de hacer granola, la cual vendíamos viajando por tren en Morelia, Uruapan y Pátzcuaro. Regresamos a Uruapan porque surgió la posibilidad de encargarnos del Parque Barraca del Cupatitzio, lo cual afortunadamente si se concretó, junto con Carlos Méndez Vega, José Carlos Bautista V. y Celso Castillo.

 Allí viviendo en una pequeña pero acogedora troje con una esplendida vista del lago escribí el primer libro que se ha hecho en castellano sobre la sabiduría del vacío (sunyata), concepto central de la profunda sabiduría del budismo, en 1983 lo publicó la Universidad Michoacana (UMSNH) con el título “Sobre la perfección de la Sabiduría (prajñaparamita)”. 

Este tema lo estudié en la Universidad de Berkeley, y en el San Francisco Zen Center, con el eminente filósofo budista Edward Conze (1904-1979) el más importante investigador de la literatura prajñaparamita (“Sabiduría de la otra orilla”, en sánscrito), autoridad en este rubro para los propios budistas de Oriente y Occidente.

 Entre los estudiosos y practicantes pioneros serios de meditación budista en Uruapan, estuvieron Elena Alvarez-Ugena, Ruth Montaño, José Carlos Bautista V., Mayela Salas S., Carlos Ignacio Valencia, Lupita Zuñiga, Dominique Bez, su esposo Alejandro, en ese tiempo; Rocío Espinoza Llanderal, y su hermana Marisol, Alejandro y Gabriel, entre otras amistades.

 Mi amigo Eugenio Morfín Arguello se interesó mucho en el budismo y la meditación lo cual aplica en su loable trabajo con adictos en el AA (grupos de alcoholicos anónimos). Con mi comprensión de la mente me convertí también en psicoterapeuta lo cual aplico en el tratamiento de pacientes en general y de adictos, y he dado muchas charlas, talleres y conferencias a grupos del AA en Michoacán. He sido psicoterapeuta oficial de varios centros de rehabilitación en Uruapan y otras ciudades en este Estado.

Héctor Eguía del Río (hijo de la gentil mtra. Socorro del Río y del profr. Alfonso, su esposo), en 1994, con otras personas iniciaron un grupo de meditación budista tibetano en torno a Marco Antonio Karam, serio estudioso y discípulo directo del Dalai Lama, lo que dio lugar a la “Casa Tibet” en Uruapan., lo cual también apoyó Israel Lifschitz quien ha impulsado el budismo tibetano en Morelia. 

En el 2002, Luz Bella Romero estimuló el estudio y práctica del budismo tibetano en esta región, ligándose con una federación de notables maestros tibetanos (FPMT), lo cual tuvo un momento esplendido con la traída de una muestra internacional de reliquias de grandes maestros tibetanos, lo cual se realizó muy simbólicamente en la Huatapera, lugar más antiguo e importante históricamente de Uruapan. Fue un hermoso y trascendental evento, allí venían las reliquias de tres maestros con quienes estudié y conocí personalmente.

Hoy, en Uruapan hay muchos instructores de yoga y meditación, y sobre esta última se ha hecho muy popular el tema, pero he notado también que en algunos casos existe confusión al respecto, se mezcla mucho con algunas formas de esoterismo muy fantasioso, psicología superficial, y se confunde al cristianismo con la Iglesia Católica y otras organizaciones cristianas y protestantes, despreciándolas en cierta forma, lo cual es una forma de violencia. 

Tanto Oriente como Occidente tienen su luz y sombras. La meditación tampoco es para tener “experiencias elevadas”, el hatha yoga auténtico no es tampoco un simple medio para belleza física sino preparación para ser mejores seres humanos y cuidar a la sociedad y al medioambiente.

En realidad el Evangelio de Cristo y de Buda, tiene como núcleo el amor incondicional al prójimo, a la biodiversidad, la justicia social y la libertad con responsabilidad, la convivencia pacífica y el cultivo de todo lo noble y hermoso. La meditación (yoga de la mente) no es para buscar paraísos artificiales, exóticos, psicodelia, ni formas refinadas de placer y hedonismo, ni serenidad por sí (todo lo cual espesa al egocentrismo) sino para la coexistencia armónica entre todas las formas de este jardín sin fronteras y en constante co-creación.

Pero saber lo bueno y correcto no significa que hagamos automáticamente lo correcto y bueno, fácilmente nos autoengañamos. Por esto tanto Occidente como Oriente aprecian y tiene como how clave a la oración, la cual es un ejercicio de atención y concentración en la bondad incondicional, sin esta calidad de atención la conciencia (mente) disfunciona y entonces sentimos, pensamos y actuamos con violencia. 

En realidad la psicología, la psiquiatría y las neurociencias, tiene como objetivo fortalecer o crear una buena voluntad (lo cual implica atención y concentración), y esta no es posible sin atención benigna a nuestras sensaciones, pensamientos y emociones. Por esto, la esencia de la búsqueda de salud mental y libertad por parte del cristianismo y del budismo es la atención plena: oración continua en el cristianismo, y satipatthana (en lengua pali, mindfulness en inglés) en el budismo.

Las formas correctas de oración y meditación en realidad son muy sencillas y sabias: nos conducen a una limpieza mental y emocional que nos permite darnos cuenta del milagro ininterrumpido del aquí y ahora no-conceptual, del despliegue continuo de la vida, y descubrir y responsabilizarnos de nuestra autoimagen, del entorno (medioambiente), de la naturaleza, del milagro del que surge todo, incluido nuestro cuerpo y cualquier concepto e idea. 

Toda experiencia como humanos inicia con la respiración, por esto la esencia de la oración y de la meditación es: respirar conscientemente, el aire vincula todo lo que existe, pasado, presente y futuro, en una totalidad orgánica, el Dios Vivo y autoconsciente en la mente humana y en cada particula…

Daisetsu T. Suzuki (1870-1966), monje budista zen, rinzai, japonés, quien fue un gran puente entre Oriente y Occidente, y que junto con Erich Fromm realizaron el importante evento de budismo zen y psicoanálisis en Cuernavaca, que ya mencionamos, sumariza bellamente el objetivo último de la sabiduría universal, diciendo: “Hacer el bien, Evitar el mal, Purificar el propio corazón: éste es el camino del Buda”, y de Cristo –agregariamos.

 Hoy, como en los años 60s, especialmente los jóvenes andan buscando respuestas a las grandes preguntas ¿qué es la vida? origen del universo, ¿existe Dios? ¿qué es la verdad? ¿qué es la mente? ¿por qué existe el sufrimiento? Y muchos están recurriendo al uso de drogas psicodélicas, naturales y de diseño con el fin de responder a estas preguntas. Precisamente a fines de los 80s ya había quedado claro que el conocimiento de la mente es clave para responder a estas cuestiones y que el cristianismo profundo y auténtico, y el budismo son experiencias expertas en el conocimiento de la mente, no son imprescindibles las drogas como expansoras de conciencia.  

Sesiones de intensa meditación correcta producen estados exaltados de conciencia, lo cual es bueno para descubrir la relatividad de la mente convencional, ordinaria, pero no son un fin en sí mismo, el objetivo es descubrir y establecerse en la percepción natural del milagro del aquí y ahora no conceptual, anclados en que estamos hechos para el bien común y el cuidado de la maravillosa biodiversidad. La sencillez, frugalidad y humildad son hermosos tesoros.

Al respecto basta recordar a San Juan el Evangelista, a San Pablo, San Agustín, San Buenaventura, Santa teresa de Ávila, Meister Eckhart, la Madre Teresa de Calcuta, Ignacio Larrañaga, al gran teólogo Karl Rhaner, y por su parte el Dalai Lama dice claramente: “El budismo es la ciencia de la mente”, para hacer el bien efectivamente a los demás, a uno mismo, al ambiente y a la naturaleza. 

Este es el verdadero misticismo, no hay que perderse en formas fantasiosas de esoterismos, “Éxito”, “Felicidad”, a través del consumo de experiencias, personas, substancias y objetos. El brotar de los manantiales, el movimiento de la luna y el sol, los bosques, selvas, el canto de las aves y los actos de bondad, amor y justicia, son milagros evidentes y luminosos.. 

(Este escrito es un sencillo, breve, incompleto y elemental bosquejo de cómo llegó el yoga y la meditación budista a Uruapan, y a Michoacán por implicación, no tiene otra pretensión

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