En entrevista con este medio de comunicación, la señora, Rosa Isela Almanza, narró la pesadilla que vivieron desde el momento en que perdieron comunicación con su esposo Primitivo, su búsqueda y localización, así como los 64 mil pesos que tuvieron que pagar para poder repatriar su cuerpo, sin el apoyo de alguna autoridad mexicana.

  En Uruapan, Primitivo, de 42 años de edad, laboraba como taxista en la organización Circuito, sin embargo, el dinero que obtenía no alcanzaba para mantener a su familia. “Por eso yo le ayudaba, trabajaba en lo que podía después de atender y cuidar a nuestros hijos”, explica su viuda Rosa Isela.

  Añadió que la difícil situación económica que vivían y la falta de oportunidades, aunado a los problemas de inseguridad, orillaron a Primitivo a tomar la decisión de migrar al vecino país del norte para buscar una vida mejor para su familia. “Él quería que sus hijos estudiaran”, recuerda y sus ojos se llenan de lágrimas.

  Rosa Isela recordó que su esposo salió de Uruapan el pasado 8 de agosto y tuvieron comunicación constante por teléfono celular hasta que llegó a ciudad de Piedras Negras, Coahuila, por donde realizarían el cruce al estado norteamericano de Texas. “Tengo que colgar porque ya vamos a empezar a caminar”, fueron las últimas palabras que le escuchó decir y se despidieron con la esperanza de un futuro mejor, eran alrededor de las 4 de la mañana del miércoles 9 de agosto.

  Sin embargo, nunca pensaron que todos sus sueños y esperanzas se convertirían en una pesadilla cuando no volvieron a saber nada de Primitivo. Durante 19 días solicitaron apoyo de las autoridades consulares y grupos de búsqueda de migrantes desaparecidos en la frontera sin que obtuvieran resultados sobre su paradero hasta que lograron obtener el teléfono de un “pollero”, quien les ayudó y finalmente lograron localizar el cuerpo, el domingo 27 de agosto en un rancho conocido como El Quemado, cerca de la ciudad de Eagle Pass, condado de Maverick, en estado norteamericano de Texas.

  De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), el cadáver del uruapense estaba junto al cuerpo de otra persona originaria del Estado de México; ambos habían fallecido por deshidratación. Un sobrino de Primitivo que también iba en ese mismo grupo fue detenido por la patrulla fronteriza y deportado a México.

  Desde ese momento empezó otro calvario, explicó Rosa Isela, ya que tuvieron que conseguir 64 mil pesos para pagar los gastos de traslado del cuerpo de Primitivo a Uruapan, sobre todo porque no tuvieron de las autoridades competentes. “Toda la familia se cooperó y se solicitó un préstamo para completar”.

  Además, añadió, también se quedó con la deuda del “pollero”, quien les cobraría 150 mil pesos por el cruce a Estados Unidos y se le entregó un adelanto del 50 por ciento, dinero que se obtuvo con un préstamo a una caja de ahorro y que ahora se tendrá que pagar.

  Finalmente, Rosa Isela pidió al gobierno de México que de verdad apoye para que las personas que desean mejorar su calidad de vida y la de sus familias puedan obtener visas de trabajo y no arriesguen sus vidas. “Mi esposo intentó ir a trabajar de manera legal al norte, sacó su pasaporte e inició los trámites, pero no se le dio la oportunidad, una licenciada le cobró 4 mil pesos y se quedó con su dinero”.

  A casi un mes de que Primitivo salió de su casa en busca del llamado “sueño americano”, la mañana de este lunes su cuerpo fue sepultado, en su última morada: el panteón de la comunidad de San Marcos, donde también quedaron sepultados sus sueños y la esperanza de una vida mejor para él y su familia.