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Noruega se convirtió en el primer país del mundo que pone un alto a la deforestación. A pesar de que varias medidas se tomaron hace algunos años con la intención de poner en marcha planes para la protección y cuidado de los bosques noruegos, esta semana se anunció que se aplicará a todas las relaciones comerciales entre empresas locales y otros países.
Por otro lado, es importante recordar que durante la Cumbre del Mlima que se realizó en 2014, uno de los gobiernos que se comprometió a asumir las políticas de "cero deforestación" fue Noruega, en compañía de Alemania y Reino Unido, países que también se mostraron interesados en la iniciativa.
Las políticas de “cero deforestación” hacían énfasis en la prohibición de productos provenientes de la tala indiscriminada de árboles y especies nativas de la zona, como el papel, la madera de los pinos, el aceite de palma, el tráfico de pieles animales, entre otros.
Hasta el momento Noruega ha sido uno de los países a nivel mundial que ha diseñado estrategias de conservación ambiental no solo para ayudar a su país, sino que contribuye con los demás territorios en el mundo. En 2008, Noruega donó un billón de dólares a Brasil para ayudar a la preservación de la selva amazónica.
Este movimiento podría ser potencialmente transformador pues se espera que este tipo de iniciativas animen a otros países a seguir el mismo camino, no solo prohibiendo la tala de bosques sino impidiendo financiar organizaciones que destruyen la biodiversidad mundial.
Es necesario saber que los bosques tropicales son el mayor productor de agua en el mundo y su deforestación podría desaparecer por completo las zonas de protección ambiental en 100 años.
